El líder cristiano, no nace ni se hace: Dios lo hace
Descripción del Articulo
Dirigir una institución, un departamento o una empresa, sin la debida preparación y además, con un concepto equivocado del liderazgo, ocasiona grandes frustraciones y retraso en el cumplimiento de la Misión, especialmente en el ambiente denominacional. El dirigente de una Institución o una Asociació...
Autor: | |
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Formato: | artículo |
Fecha de Publicación: | 2014 |
Institución: | Universidad Peruana Unión |
Repositorio: | Revistas - Universidad Peruana Unión |
Lenguaje: | español |
OAI Identifier: | oai:ojs2.revistas.upeu.edu.pe:article/85 |
Enlace del recurso: | https://revistas.upeu.edu.pe/index.php/ra_universitarios/article/view/85 |
Nivel de acceso: | acceso abierto |
Sumario: | Dirigir una institución, un departamento o una empresa, sin la debida preparación y además, con un concepto equivocado del liderazgo, ocasiona grandes frustraciones y retraso en el cumplimiento de la Misión, especialmente en el ambiente denominacional. El dirigente de una Institución o una Asociación/misión, el director o secretario de un departamento, o el pastor de una iglesia, no importa qué responsabilidad haya recibido, se encuentran constantemente presionados para:Solucionar problemas diversos que frecuentemente se presentan.Desarrollar la institución o departamento que dirige.Impulsar el plan General y/o los objetivos trazados.El mayor problema es el concepto equivocado que se ti ne de lo que signifi a ser un “líder cristi . En el ámbito eclesiásti o, se considera que todos los que reciben una responsabilidad o un cargo en la iglesia ya son líderes. El nombramiento, el cargo o responsabilidad que la iglesia nos concede, de ningún modo nos hace líderes. Este error se ve con mucha frecuencia especialmente cuando se nombra a los administradores de una insti o campo local, como es el caso de las misiones. Viene a mi memoria cuando me comunicaron que la junta de la Iglesia Adventi ta del Perú, en ese ti Unión Incaica (Perú, Ecuador y Bolivia), en diciembre de 1969, me había nombrado como presidente de la Misión Peruana del Norte (Iglesias adventi tas del norte peruano). Tenía siete años de ministerio, de los cuales, uno apenas de pastor ordenado, nunca fui departamental. En ese momento estaba trabajando en mi tercer distrito misionero en Huancayo, con 15 iglesias y 20 grupos organizados. Yo me pregunté:¿Qué voy hacer ahora como presidente? Con toda sinceridad no sabía dónde y cómo empezar a “liderar” esa Misión. Pensé que mi presidente sería la persona indicada para orientarme, por lo tanto, la primera cosa que hice antes de ir a tomar el cargo, fue ir donde él con la pregunta: ¿Qué hace un presidente? – Él me respondió: “Raúl, yo mismo ni sé qué estoy haciendo aquí”.El secretario de la Unión Incaica, un administrador recorrido y experimentado me dio ciertas directivas para el desempeño del cargo que había recibido, sus consejos me ayudaron para empezar mi “liderazgo” en una tarea desconocida, pero no para ser un líder cristiano. Al mirar aquellos años, reconozco que cometí muchos errores porque tomé como modelo un liderazgo equivocado. ¿Era ahora un líder cristiano porque me dieron un cargo? ¡Qué equivocación más grande! Por esta razón, muchos dirigentes, administradores, directores de departamentos o ministerios, pastores, no cristalizan sus objetivos y se sienten frustrados y fracasados porque desconocen que: “El líder cristiano, no nace ni se hace, Dios lo hace”.De los 44 años de liderazgo acti o, 37 he trabajado como administrador. Durante ese tiempo he visto que la mayor parte de los que han sido nombrados para desempeñar un cargo ya sea como administrador, secretario departamental o director de una institución de la Iglesia, no están preparados para “liderar”. Muchos son nombrados para ocupar cargos en la iglesia por su habilidad o por su antigüedad o por algún título que tienen. Esto incluye también al cuerpo ministerial (pastores), que están preparados para desempeñar las actividades propias de su labor misionera, pero no para liderar la iglesia en el cumplimiento de su misión.Algunos cometen el error de imitar lo que otros hacen o han hecho en determinada tarea que la iglesia les asignó y se olvidan que, es el Señor quien nos forma y nos hace verdaderos líderes para el cumplimiento de la Misión que nos encomendó. |
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Nota importante:
La información contenida en este registro es de entera responsabilidad de la institución que gestiona el repositorio institucional donde esta contenido este documento o set de datos. El CONCYTEC no se hace responsable por los contenidos (publicaciones y/o datos) accesibles a través del Repositorio Nacional Digital de Ciencia, Tecnología e Innovación de Acceso Abierto (ALICIA).
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