La revista Ciudad y Campo: valor histórico y documental para la arquitectura y el urbanismo en Lima y el Perú 1924 - 1930

Descripción del Articulo

Las revistas son testigo y reflejo de una sociedad y, a su vez, son agentes activos de su gestación y caracterización. Las revistas con temas de arquitectura y urbanismo son una fuente documental primaria que nos permiten descubrir y conocer ideas, edificios, ciudades, proyectos, autores y sucesos r...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor: Quispe Aguilar, Fredy Peter
Formato: tesis de maestría
Fecha de Publicación:2024
Institución:Universidad Nacional de Ingeniería
Repositorio:UNI-Tesis
Lenguaje:español
OAI Identifier:oai:cybertesis.uni.edu.pe:20.500.14076/28524
Enlace del recurso:http://hdl.handle.net/20.500.14076/28524
Nivel de acceso:acceso abierto
Materia:Ciudad y Campo, revista (Lima, Perú)
Historia y crítica
Urbanismo
Arquitectura
https://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.04.08
Descripción
Sumario:Las revistas son testigo y reflejo de una sociedad y, a su vez, son agentes activos de su gestación y caracterización. Las revistas con temas de arquitectura y urbanismo son una fuente documental primaria que nos permiten descubrir y conocer ideas, edificios, ciudades, proyectos, autores y sucesos relevantes para la arquitectura. Ciudad y Campo fue una revista ilustrada publicada entre los años 1924 y 1930, enmarcada en el contexto del gobierno de Leguía entre 1919 y 1930. La revista contó con 48 números y 1 suplemento publicados. Durante esta etapa, Lima y el Perú atravesaron un periodo de modernización, crecimiento urbano e intenso desarrollo constructivo, que a su vez coincidieron y acentuaron con las celebraciones de los centenarios de la independencia en 1921 y la batalla de la Ayacucho en 1924. La revista Ciudad y Campo se desprendió del periódico The West Coast Leader, publicado en idioma inglés inicialmente por John Vavasour Noel y posteriormente por C. N. Griffis entre los años 1912-1932. La revista surge con el objetivo de difundir los principales intereses de los arquitectos, contratistas, constructores, comerciantes de materiales y mobiliarios, propietarios y dueños de terrenos. Asimismo, buscó poner en contacto a los distintos actores del sector arquitectura, ingeniería y construcción, promover la higienización, desarrollar el “buen gusto” y la estética arquitectónica que caracterizaba a la época. Ciudad y Campo contó con un promedio de 52 páginas por número y una frecuencia inicial mensual, posteriormente se volvió bimensual y finalmente terminó sin tener una frecuencia establecida. Hasta el número 36, el editor fue C. N. Griffis y posteriormente la revista pasó a Propaganda Nacional y Ciudad y Campo S.A. En la segunda etapa, se menciona en la página editorial que Ciudad y Campo sería el brazo derecho del Ministerio de Fomento, portavoz de las necesidades y anhelos de las poblaciones de la república y que se encuadraba a las incesantes actividades leguístas. A lo largo de sus seis años de circulación, la revista publicó y republicó numerosos artículos, imágenes, dibujos, ilustraciones, planos de arquitectura y de ciudades, directorio de profesionales y anuncios publicitarios referidos a temas arquitectónicos y urbanísticos, que en su conjunto reflejan un espíritu de la época. Sobre la arquitectura, Ciudad y Campo nos muestra obras realizadas principalmente en Lima. La revista hace constantes ponderaciones sobre la relevancia de los edificios, proyectos y arquitectos publicados. En sus páginas, tienen gran relevancia las empresas constructoras, entre las que se encuentran las norteamericanas Fred T. Ley & Co. Ltda., The Foundation Company, y la peruana Oficina Técnica de Construcciones Mogrovejo. Ciudad y Campo publica los primeros edificios en altura en el Perú, como el caso de los edificios Wiese (1922), La Auxiliar (1927), y Gildemeister (1929). Asimismo, se hace gran énfasis en las edificaciones que buscaban la modernización de Lima, como es el caso del Gran Hotel de Bolívar, el Club Nacional y el Country Club, a su vez, se muestra la situación de la vivienda y los proyectos de relevancia arquitectónica que no llegaron a construirse, como el Gran Casino-Hotel de Magdalena del Mar, La Basílica de Santa Rosa y las casas prototipo de Emilio Harth-Terré. Otro punto destacable de la revista fue el espacio que le brindó a las principales restauraciones de edificaciones emblemáticas, como el Gran Salón del Palacio de Gobierno y el Panteón de los Próceres, así como el recuento histórico de edificaciones coloniales y republicanas. También se mostraron proyectos y artículos de reconocidos arquitectos como Héctor Velarde, Emilio Harth-Terré, Manuel Piqueras Cotolí, Werner Lange, Bruno Paprocki, entre otros. Quizá el mayor aporte de Ciudad y Campo, respecto a la arquitectura, es el vestigio de las “ideas” sobre la modernización de la arquitectura, los nuevos cambios del estilo colonial al neocolonial, temas sobre la nueva estética arquitectónica y la búsqueda de una arquitectura peruana. Sobre el urbanismo, la revista refleja a una Lima en claro proceso de expansión y desarrollo urbano con tendencia norteamericana o en búsqueda de un estilo de vida norteamericano. Aunque con menor presencia, también se publicaron algunos espacios públicos y proyectos fuera de la capital. Ciudad y Campo documentó las nuevas urbanizaciones que se construían en la capital del Perú. Así como la aparición de las nuevas avenidas y calles que se pavimentaron, entre las que destaca la inauguración de la avenida Leguía. La revista hace un gran aporte gráfico, planimétrico e informativo de los principales proyectos públicos que se estaban construyendo, como los casos de las Plazas San Martín y dos de Mayo o el malecón de La Punta. A la fecha, Ciudad y Campo es única fuente que ha publicado en sus páginas sobre los estudios del ensanche de la Gran Lima de 1926 realizados por Lange. Además, es notable el aporte de la revista en los temas de higienismo, ornamentación, pavimentación, vialidad, modernización, expansión y progreso urbano. Ciudad y Campo no solo publicó temas de arquitectura y urbanismo, sino también contenido sobre vialidad, automovilismo, industrias, agricultura, irrigación, arte, arqueología, ciudades, culturas, paisajes, costumbres y misceláneas. En su conjunto, la revista tuvo una mirada de un país en búsqueda de modernizarse a partir de las nuevas conexiones viales, la pavimentación y expansión urbana a partir del automóvil, la tecnificación de las industrias y el desarrollo edificatorio. El valor histórico de Ciudad y Campo, en temas de arquitectura y urbanismo, se ratifica partir del impacto e importancia de su contenido para la actualidad. La revista publicó relevantes acontecimientos históricos, y mostró a notables autores, arquitectos y personajes de interés. Asimismo, alberga gran cantidad de textos de historia, teoría y crítica, ideas y a los principales proyectos de arquitectura y urbanismo desarrollados durante el oncenio de Leguía. Ciudad y Campo es la revista que más ha documentado temas de arquitectura y urbanismo previo a El Arquitecto Peruano. Su valor documental, como publicación periódica, radica en la cantidad e importancia de la información, artículos, imágenes, anuncios publicitarios y planos, en la gran mayoría inéditos y exclusivos, sobre temas de arquitectura y urbanismo. Como documento, es la publicación periódica más relevante para el estudio de temas arquitectónicos y urbanísticos en el Perú entre 1924 y 1930. Ciudad y Campo fue publicada en un momento crucial para la historia de la arquitectura. La revista no solo documentó los principales hechos, autores y proyectos, sino también sus propias páginas reflejan una mirada y espíritu propio de una Lima y un Perú en un anhelo y proceso de modernización.
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