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La salinidad y sodicidad es un problema mundial que afecta a los suelos, especialmente en zonas con climas áridos o semiáridos. Este problema es originado por factores naturales y antrópicos; este último intensifica la salinidad, ya que se realizan inadecuadas prácticas de riego, afectando de forma directa las propiedades del suelo tanto físicas como químicas, y disminuyendo la producción de algunos cultivos, tales como el tomate, que se ven afectados en la etapa de germinación, no obstante, pocas plantas han logrado adaptarse a las condiciones salinas que presentan los suelos, como las gramíneas. Por ello, los métodos para la recuperación de estos suelos van desde técnicas básicas; como el lavado y la adición de enmiendas químicas; hasta técnicas complementarias, como la labranza profunda, adición de materia orgánica, cócteles microbianos, forrajes y micorrizas, esco...
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