La historia de la música criolla, como la de otras artes de similar raigambre, está. dispersa en la misma ruta sinuosa y hostil por la cual, desde lejanos tiempos, avanzan las creaciones que tienen su origen en las clases populares. Esta producción plebeya, ajena por completo a los rigores de la técnica y a las exigencias de su elaboración, es por tanto espontánea e imperfecta. Simple en su estructura, sin pretensión de posteridad, es la expresión más pura de los sentimientos de la gente del pueblo, de sus estremecidas congojas, dolores infinitos, chispeantes observaciones y también de su afilada ironía.