La perdurabilidad de la violencia familiar contra adolescentes en Latinoamérica impacta en su desarrollo físico, psicológico y emocional. Las investigaciones muestran que la violencia en el hogar puede causar lesiones físicas graves y tener efectos devastadores en la salud mental, esquemas mentales distorsionados y problemas de conducta. Además, los jóvenes expuestos a entornos violentos tienden a sufrir de miedo, inseguridad y baja autoestima. Los adolescentes en estas circunstancias suelen tener dificultades para concentrarse y un bajo rendimiento escolar, junto con problemas de conducta en el ámbito educativo. Esto interfiere con su capacidad de aprendizaje y desarrollo cognitivo, perpetuando un ciclo de vulnerabilidad. Por tanto, es crucial implementar intervenciones efectivas y brindar apoyo tanto en el entorno familiar como en el educativo para mitigar los efectos de la viol...