Cuestiones areales y diacrónicas del marcador locativo quechua –pi

Descripción del Articulo

Analiza el rastro del marcador de caso locativo -pi del quechua II (A, B y C) desde dos puntos de vista: uno areal y otro diacrónico. En primer lugar, se intentó establecer o descartar una relación con los marcadores de caso locativodireccionales de la forma %pV que ocurren en otras lenguas nativas...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor: Espinoza Limaylla, Maritza Rosario
Formato: tesis de grado
Fecha de Publicación:2023
Institución:Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Repositorio:UNMSM-Tesis
Lenguaje:español
OAI Identifier:oai:cybertesis.unmsm.edu.pe:20.500.12672/20897
Enlace del recurso:https://hdl.handle.net/20.500.12672/20897
Nivel de acceso:acceso abierto
Materia:Quechua - Estudio
Toponimia
Gramática estructural
https://purl.org/pe-repo/ocde/ford#6.02.06
Descripción
Sumario:Analiza el rastro del marcador de caso locativo -pi del quechua II (A, B y C) desde dos puntos de vista: uno areal y otro diacrónico. En primer lugar, se intentó establecer o descartar una relación con los marcadores de caso locativodireccionales de la forma %pV que ocurren en otras lenguas nativas de Sudamérica. Se encontró que la forma gramatical generalizada %pV que se une a nominales solo ocurre en lenguas de la familia lingüística tucano y tupí-guaraní, y en dos lenguas del norte peruano: kandozi y cholón†. Posteriormente, se concluyó que no existen razones suficientes para relacionar la forma gramatical %pV con el sufijo de caso locativo -pi del QII. Asimismo, al revisar información toponímica, se encontró la ocurrencia del fragmento terminal <pi> adosado a bases mayormente nominales en áreas andinas principalmente del sur. El hecho de que las bases nominales sean en su mayoría de filiación quechua y aimara supone la existencia de un arcaico nominalizador -pi, relacionado históricamente al marcador de caso locativo -pi del quechua. Más aún, la información tipológica de los nominalizadores aimaras apoyaría una relación histórica entre dicho sufijo nominalizador -pi y el nominalizador aimara -wi todavía vigente. En efecto, el nominalizador -pi de los topónimos sureños habría pasado al aimara con lenición de /p/ debido a una interferencia fonética puquina, resultando -wi. Finalmente, aunque la etimología exacta del marcador locativo -pi permanece oscura, debió conformar el mismo patrón semántico encontrado en otras lenguas cercanas genéticamente no relacionadas; es decir, nombres de objetos con espacio interior, nombres locativos (p. ej., ‘interior, centro’), posposición/adverbio (‘en/dentro’). Esto demuestra que lenguas de diferentes linajes evidencian ciertas generalizaciones sobre los procesos de cambio gramatical.
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